¡Tus labios en mis ojos! Qué dulzura de estrellas alisa lentamente mis párpados caídos... Nada existe del mundo. Sólo siento tu boca y el temblor de mi espíritu hecho carne de luz. Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño. Con ella te daré mi última mirada. ¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios despoje mi horizonte de lo que tú no has visto. Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla que ciñen tus caricias. ERNESTINA DE CHAMPOURCIN |
"...amo una maravillosa estatua mutilada; un texto no terminado, un fragmento de cielo inscrito en la ventana de la vida". Julio Cortázar