Agua me daban a mí.
Me la bebí.
No se qué cosa sentí.
A
orillas del mar amargo,
por el alba de Abril,
labios de arena y
espuma,
agua me daban a mí.
La llama contra la llama,
el
clavel sobre el jazmín,
al mediodía de Agosto
me la bebí.
En
qué breñal se echaba
la tarde a malmorir.
Cuando se helaron
las fuentes
no sé qué cosa sentí.
Antonio Gala