viernes, 5 de junio de 2020

Para entrar en tus sueños


Me gustaría verte dormir,
aunque podría no suceder.
Me gustaría mirarte
durmiendo. Me gustaría dormir
contigo, para entrar
en tus sueños mientras su suave ola oscura
se desliza por mi cabeza,

y para caminar contigo a través de ese resplandeciente
bosque tembloroso de hojas azules y verdes
con su sol diluido y sus tres lunas
hacia la cueva donde debes descender,
hacia el peor de tus miedos,

me gustaría darte la rama
de plata, la pequeña flor blanca, la única
palabra que va a protegerte
de la aflicción en el centro
de tus sueños, de la aflicción
en el centro. Me gustaría seguirte
otra vez por las largas
escaleras y convertirme
en el bote que te lleve remando con cuidado
de vuelta, una llama
en dos manos ahuecadas
hasta donde tu cuerpo descansa
junto al mío, y entras
en él tan fácilmente como en un respiro,

me gustaría ser el aire
que te habita solo por
un momento. Me gustaría pasar así de inadvertida
y ser así de necesaria.

Margaret Atwood