Cuando
amanezca iré a contarte historias,
me
acercaré a tu oído,
sonreiré
con fuerza
y
empezaré a decirte que he estado
muy
perdida,
deshojando
afectos
que
ya no están aquí.
Cuando
amanezca iré a decir tu nombre
a
dibujar tu rostro,
a
regalarte versos
que
antes sólo vivían en penumbras.
Cuando
amanezca quiero acariciarte
y
contemplar las olas
que
casi había olvidado,
transformar
mis palabras en susurros
como
una caracola
a
la orilla del mar.
Cuando
amanezca quiero hablar del tiempo,
de
miedos que interrogan a las flores
cuando
las ven marchitas;
pero
también te diré
que
ya tengo ilusiones
que
apuntalan mi vida.
Eso
te lo diré cuando amanezca.
De
momento me envuelvo con la noche.
María Ángeles Chavarría