Para hacer el amor
debe evitarse un sol
muy fuerte sobre los ojos de la muchacha,
tampoco es buena la
sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos
son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa
es mejor todavía.
Ni junto a las
colinas porque el suelo es recoso ni cerca de las aguas.
Poco reino es la
cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos
han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o
monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en
todos sus caminos.
La oscuridad no
guarda el buen amor.
El cielo debe ser
azul y amable, limpio y redondo como
un techo
y entonces
la muchacha no verá
el dedo de Dios.
Los cuerpos
discretos pero nunca en reposo,
los pulmones
abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el
amor pero se aprende.
Antonio
Cisneros