Señor,
ahora que mi piel y
la suya
-después de las
sábanas-
han formado un nuevo
«collage» en el agua,
no es el mejor
momento para hablarle,
desde luego,
pero aprovechando
que estoy arriba
y usted debajo,
quisiera decirle
-casi no me atrevo
con sus ojos-
que no puedo más,
que voy a pararme.
-Era el placer como
una de esas muñecas rusas que se abren
y aparece otra,
y otra...-
Almudena Guzmán