viernes, 15 de junio de 2018

El Circulo



Estaba la mujer con sus dos senos,
su única cabeza giratoria,
la longitud de su sonrisa, el aire
de estar y de alejarse sabiamente fingido.


Estaba rodeada de sí misma,
de admiración opaca y compartida,
bajo la oscura luz de las miradas.


La complacencia del estar henchía
de estólida ternura los objetos cercanos.

Estaba en pie sumándose a su cuerpo.

Las palabras sonaban conllevando sentidos
superfluos y crasos.
Giraba la mujer.

Rebasada su órbita
como un pronunciamiento
de todo lo que es bello,
vacío, ritual, sonoro, triste.