domingo, 3 de junio de 2018

Piedra de alumbre



Yo extendería mi piel sobre tu cuerpo
Pretendería envolver lo que ilumina
Como aquel manto
Como el farol en las noches
de las calles de un pueblo que envejece
Alumbraría los días con las promesas del fuego crepitando
Con los dedos sobre el surco de tu herida tibia
Y propondría un juego elemental
Recrearía la vida entera
Volvería a ordenar las estaciones y los trópicos a la conveniencia de las mareas
Dejaría la marca del vapor como un testimonio del agua herida por el fuego
Y confiaría en este tiempo verbal donde lo posible
queda suspendido en esa melancolía atravesada de vitalidad
como albergando la promesa de otra historia
Con la sustancia ahí tan cerca
Tan a la mano del alquimista que mezcla y purifica
Tan en el umbral del espíritu cuando despliega
y transporta
La luz que esparce la fusión de dos oscuridades ebrias



Marizel Estonllo