Mi
niña pide sus placeres
y yo obedezco sin demora.
y yo obedezco sin demora.
Mil
veces furia de los mares
con el grito luminoso de su queja
tempestad que nace de mis manos.
con el grito luminoso de su queja
tempestad que nace de mis manos.
Su
gemido me colma de alegría
enciende la vid de todas las cosechas
la lira del fauno y la mirada.
enciende la vid de todas las cosechas
la lira del fauno y la mirada.
Rubén Márquez Máximo