Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso
en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón
de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.
Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso
que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el
bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh
estruendo mudo.
¡Odumodneurtse!
César Vallejo