Desprendida
su funda, el capullo,
tulipán
sonrosado, apretado turbante,
enfureció
mi sangre con brusca primavera.
Inoculado
el sensual delirio,
lubrica
mi saliva tu pedúnculo;
el
tersísimo tallo que mi mano entroniza.
Alta
flor tuya erguida en los oscuros parques;
oh,
lacérame tú, vulnerada derríbame
con
la boca repleta de tu húmeda seda.
Como
anillo se cierran en tu redor mis pechos,
los
junto, te me incrustas, mis labios se entreabren
y
una gota aparece en tu cúspide malva.
Ana Rossetti