martes, 1 de diciembre de 2020

Esa flor instantánea

 

Miedo a perderse ambos, 

vivir el uno sin el otro: 

miedo a estar alejados 

en el viento de la niebla, 

en los pasos del día, 

en la luz del relámpago, 

en cualquier parte. Miedo 

que les hace abrazarse, 

unirse en este aire 

que ahora juntos respiran. 

Y se buscan y se buscan 

esa flor instantánea 

que cuando se consigue 

se deshace en un soplo 

y hay que ir a encontrar otras 

en el jardín umbrío. 

Miedo; bendito miedo 

que propicia el deseo 

la agonía y el rapto, 

de los que mueren juntos 

y resucitan luego.

José Agustín Goytisolo